El proceso de desarrollo de habilidades es largo y estoy profundamente agradecida por cualquier ayuda sincera que reciba en la transmisión de este arte. Personalmente conozco bien el compromiso y la dedicación que se requieren para entrar en un entorno clínico REAL. Para mejorar mi propio conocimiento, experiencia y aplicación del arte, pasé 8 años viviendo en Japón, la mayor parte de ese tiempo en la clínica de mi maestro en Tokio, donde perfeccioné mis habilidades. No fue una elección fácil, porque era plenamente consciente de que la realidad del verdadero aprendizaje es entrar literalmente en una sala de fumadores y hacer aquello para lo que la sala está preparada (en Japón, estas “salas de fumadores” se encuentran en hoteles, balnearios, aeropuertos y estaciones de tren). Se podría describir como un lugar que no es realmente tan cómodo y algo intrusivo, pero sigue siendo un refugio bienvenido para un fumador de tabaco comprometido. En el caso de una clínica de acupuntura, sí, hay humo (moxa), hay conciencia (agujas) y hay risas… pero, sobre todo, hay aprendizaje vivencial SANO, ¡para todos! Y aunque mis serios asistentes/deshi no siempre se sientan plenamente cómodos, sin duda pueden encontrar refugio entre las paredes de mi clínica.

A continuación me gustaría presentarte a mis dedicados ayudantes:

Hola, soy Marta, practico la acupuntura desde hace 6 años. Conocí a Steve por casualidad dos años después de la graduación y desde entonces ayudo en su clínica. Con él he aprendido que la acupuntura es mucho más que puntos y prescripciones de tratamientos, y me ha dado la inspiración para continuar con la práctica de este arte. ¡Gracias, Steve, por tu atención y orientación!

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